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Padre Efraín Aldana «Pachito» una vida al servicio de los pobres de Cartagena

Como un hombre de Dios, comprometido con los pobres, los derechos humanos, con la reconciliación y la paz, definió el Padre Rafael Castillo a su gran amigo y colega el padre Efraín Aldana, “Pachito”, quien murió en la ciudad de Medellín a la edad de 83 años.

Dijo que fue un jesuita en su punto, de límites, tenía diálogos con la ciencia, la realidad social, la fe y era profundamente ecuménico.

Su vida la orientó al servicio de los pobres, fue un periodista de formación, un hombre puro, era como un niño, frágil en su salud, noble, sano, siempre suponía la bondad que había en el hombre, era cartagenero y su identidad cartagenera nunca la perdió.

El padre “Pachito”, de quien dijo que era su “llave”, entregó los mejores años de su vida a los más pobres y por ello va nuestro reconocimiento.

Carlos Díaz, docente y comunicador social, y muy cercano al fallecido padre “Pachito”, le dijo a Mundo Noticias que siempre fue un hombre comprometido con la gente más necesitada, cercana a su parroquia del alma Santa Rita, y sus alrededores las faldas del cerro de La Popa.

Ayudó a que La Popa no se siguiera erosionando dados sus conocimientos de ingeniería, siempre dio acompañamiento no solo espiritual y evangelizador sino a nivel organizativo y económico,

Destacó ese proyecto que impulso y creó el Centro de Cultura Afrocaribe en el corazón del cerro de La Popa en donde logró levantar ese espacio con una infraestructura física, con biblioteca, ludoteca y espacio de danza. Es la única obra que se ejecutó en esa extensa zona y afirma que después de eso, no se encuentra presencia institucional en favor de los niños, jóvenes y mujeres.

Destacó la ejemplar obra del Padre “Pachito”, en donde se realizaron cursos de danza y de allí surgió el grupo de mujeres de danza, Las Hijas de Pachito.

Además de lo evangelizador y espiritual, era alegre, tocaba la guitarra y en la homilía era un contador de cuento, al público le gustaba sus celebraciones religiosos porque era un hombre dicharachero, abierto, sincero y buen contador de relatos e historias.

Era de aquí, conocía a la ciudad de arriba abajo y se relacionaba con gente de todos los sectores, cosa que no ocurre con otros sacerdotes a quienes mandan a otras regiones y él si lo cumplió en su propia ciudad.

Díaz, quien hace parte de Funsarep, resalta igualmente el trabajo social que realizó el padre Aldana, con las pandillas o grupos de jóvenes en riesgo, logrando rescatar de allí a centenares de jóvenes, que hoy recuerdan que, gracias a esta labor del sacerdote, son personas de bien.

El médico y exdirector del Dadis Álvaro Cárcamo Camargo, gran amigo del padre “Pachito” escribió en su Facebook:

Falleció el padre Efraín Aldana (Padre Pachito) , un excelso líder social y espiritual comprometido con los desposeídos habitantes de las laderas de La Popa .

Trabajé a su lado durante muchos años , hasta que la enfermedad logró menguar su energía para luchar sin tregua por los más pobres .

Muchas veces visitamos sectores de su parroquia Santa Rita a los cuales les brindaba apoyo espiritual , social y muy especialmente en lo relacionado a la salud y promoción del autocuidado y medicina natural .

Se nos va un verdadero apóstol , un ser humano único e irreemplazable que dejó una profunda huella en mi corazón y espíritu .

Deseo contarles una anécdota , con su apoyo en su iglesia fundamos el Club de Hipertensos Santa Rita ; este Club creció tanto que ya no cabíamos en este lugar y preocupado por esta situación , le manifesté a «Pachito» que desde ese sábado en adelante , no podíamos aceptar más inscripciones de adultos mayores en el Club ; me quedó mirando y muy tranquilo me respondió : “Dr. Cárcamo, no se preocupe , siga con las inscripciones que ese problema yo lo soluciono ; quince días después , cuando llegué , como de costumbre a la reunión del Club , que sorpresa ; había construido en el patio de la Iglesia , un hermoso salón para ochenta personas . Quedé gratamente sorprendido y más aún, cuando nos entregó las llaves del Salón y me dijo , “es de ustedes , sin la presencia y actividad de este grupo , no hubiese encontrado Padrinos para esta obra. «Pachito» , Dios te colmará de bendiciones por esa vida ejemplar puesta al servicio de los más pobres de Cartagena.

El finado escritor Oscar Collazos en su columna del periódico El Universal, en una columna dedicada al padre Aldana, en uno de sus apartes dice:

“Nunca he conocido en Cartagena a nadie a quien la gente humilde y en problemas respetara y escuchara con actitud más esperanzada. Recorrí con él los barrios más pobres de Cartagena. El sacerdote que llegaba a esas calles y ranchos inconcebibles en una ciudad donde los más ricos de Colombia exhiben el oropel de su riqueza, era el amigo y confidente. Le escuché frases de indignación y rabia, pero estos sentimientos no hicieron mella en su espíritu sino que fortalecieron su conciencia social. Para él, pobreza, miseria y exclusiones sociales no eran castigo divino ni estados mentales de la fatalidad sino consecuencias de largos procesos históricos. El entrañable sacerdote jesuita creyó siempre que pobreza y miseria eran las cifras humillantes de una deuda histórica que la sociedad colombiana no sólo no pagaba sino que acumulaba de año en año con mayor mezquindad”.