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Por: Luis Miguel De Ávila Rodríguez.
El Buque Zaragoza tumbó el puente giratorio de Soplaviento y frenó el desarrollo de la región. Catalino Parra, protestó a su estilo, creando la cumbia «El mundo al revés», para exigir la reconstrucción del puente. Hoy tenemos un coloso imponente que pide gaita e inauguración para que estimule la dinámica económica.
En el año 1.894 se fundó el ferrocarril Cartagena-Calamar que llevó consigo el puente giratorio de Soplaviento, que cruzaba sobre el canal del Dique para que se desplazara el tren que llegaba a San Estanislao de Kostka, seguía hacia Arjona, Turbaco y Cartagena.
El ferrocarril se extendía entre Cartagena y Calamar con 11 estaciones, 4 locomotoras y 85 vagones.
En la época de la violencia entre 1.948 y 1.950 ante el avance de las carreteras y el transporte de carga y pasajeros, ya no resultaba rentable el ferrocarril, por lo que el gobierno de Laureano Gómez autorizó su desmonte. Dicen que fue un acto político administrativo porque la mayoría de las poblaciones con estaciones, sus habitantes eran liberales.
El tren daba tumbos y un día navegaba un buque muy popular, El Zaragoza y el operador del puente giratorio no tuvo tiempo de maniobrar los equipos y la nave chocó contra la estructura que la dañó.
El operador se quedó dormido y no pudo hacer nada. Ese accidente aligeró el desmantelamiento del ferrocarril.
Todo cambió, San Estanislao de Kostka y Soplaviento se veían pero no se tocaban. Para pasar de un lado a otro, hay que abordar una canoa maniobrada por los llamados bongueros.
El cambio inspiró a Catalino Parra Ramírez quién compuso la cumbia MUNDO AL REVES. «Señores voy a contarles. Señores voy a contarles. Esto que pasó ayer. Que nos quitaron la línea. No vemos el tren correr. El mundo al revés. El mundo al revés. El mundo al revés».
Aristóteles dijo que todo cambio es destructor por naturaleza y todo se genera y se destruye en el tiempo. Así como se genera, así se acaba.
El ferrocarril llegó con sus fieles de desarrollo y dejó nostalgia en las poblaciones que se beneficiaron con su presencia.
El primer Gobernador que habló del puente de Soplaviento fue Guillermo Paniza Ricardo, quien llegó a las 7 de la mañana al puerto de Soplaviento, acompañado de algunos periodistas que habían amanecido donde la famosa Chepa.
En el puerto, en una tarima prometió el puente, pero por falta de recurso no cumplió.
Llegó Juan Carlos Gossaín Roggnini con su revolución de puentes. Construyó el de Gambote y dijo que el viejo viaducto sería trasladado a Soplaviento. No pudo por falta de tiempo.
Aflora el gobernador Dumek Turbay Paz y propone construir un moderno puente en Soplaviento para apostarle a la recuperación de la memoria del puente giratorio . Ahí está el imponente coloso no para que pasen vagones sino el desarrollo y vehículos automotores.
El puente tiene una extensión de 600 metros de los cuales 140 están sobre el canal del Dique .
Foto Cortesía: El Universal.
