Si es posible Cartagena…
1 junio 2022
A Cartagena
1 junio 2022

A los trancazos también se aprende

Por: Jacqueline Perea

Decía mi mamá «que la letra con sangre entra». Y que «a los golpes también se aprende». Está sabiduría popular es comparable con lo que vivimos en Cartagena cada cierto tiempo en los últimos años. Y es la cacareada inestabilidad institucional por el vacío de poder que representa otro encargo en la alcaldía de Cartagena.

Particularmente difiero de esa tesis y lo argumento en lo siguiente: La elección de alcaldes por voto  popular es relativamente joven en Colombia, 34 años en este ejercicio democrático llevamos en una ciudad con poca cultura política, con extrema desigualdad social, y capturada por los poderosos clanes políticos que se resisten a desaparecer. Desde aquel 1987 con la primera elección de alcaldes ha habido cambios importantes con cada elección, se podría decir que algo aprendemos como ciudadanos políticos cada dos años. Sí, es que cada dos años hay elecciones en el país, con unos ligeros cambios en esas estructuras que veníamos hablando.

Lo que ha venido pasando en nuestro terruño heroico desde lo institucional, es que cada vez que nos enfrentamos a la conquista del poder en entre dos o más grupos. El movimiento o grupo que pierde el poder genera a toda costa valiéndose de todo sortilegio lo que conocemos como crisis administrativa. Que no es más que la lucha política por el poder. Con está dinámica planteada en cada elección de alcalde pierde Cartagena y seguimos atrasando el desarrollo.  Debemos aceptar que no hemos sido capaces como líderes, dirigentes, y ciudadanos, ponernos de acuerdo para gobernar. Eso es a lo que yo le llamo inmadurez política, y si le sumamos que los líderes elegidos por elección popular no han estado a la altura de las expectativas de los ciudadanos frente a los cambios estructurales que necesita la ciudad, es el componente perfecto para el desgobierno.

He aquí porqué nos vemos abocados al peligro cada 4 años de tener cualquier aparecido en la Aduana liderando muchas veces sin saber que lidera, y que se hace elegir con un discurso populista diciendo lo que la gente esta ávida de escuchar, más no lo que realmente necesitamos como ciudad.

La inestabilidad institucional es solo la consecuencia de que existe una ciudadanía política, unos gremios, y unos actores estratégicos que no se ponen de acuerdo para gobernar como la gente lo espera, y es por eso que  seguimos defraudados cada tanto. Si no deponemos en un acto de grandeza política los intereses particulares a los nobles intereses colectivos de Cartagena, seguiremos teniendo a más Williams Daus decidiendo el futuro de nuestra amada Cartagena, y aprendiendo a los trancazos.

Jacqueline Perea
Líder social.