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Por: Carlos Feliz Monsalve
El debate citado a menudo en Cartagena es la capacidad de la actual administración en mostrar resultados en concreto, partiendo desde la base de muchos detractores que salen a decir que todo no puede ser cemento.
Otros opinan con argumentos y contextos para ellos válidos, que cuando en una urbe se invierte en infraestructura se crece, pero cuando se invierte en la gente se desarrolla.
Quiero ser lo más objetivo posible en analizar que el cemento de por sí no es desarrollo, pero su transformación como materia prima es vital para el sector de la construcción, que es uno de los determinantes más importantes para el producto interno bruto (PIB) de un país. El cemento como pocos, es un conglomerante de arcilla, caliza y otros agregados que mezclados con agua forman el concreto o mortero. Es versátil en su utilización como construcciones ligeras, pesadas y en general como primordial elemento usado para adherir estructuras. La producción de cementos y sus aplicaciones tiene dentro del sector de los minerales no metálicos, el vínculo más estrecho con la actividad edificadora, ya que sus productos están enteramente dirigidos a las diferentes etapas de la construcción, tanto a vivienda, como a variedad de infraestructura.
La construcción y priorización de infraestructura urbana obedece para el caso de Cartagena, al rezago histórico en esa materia, a la poca planificación que hubo a largo plazo, al inexistente mantenimiento preventivo y correctivo del mobiliario urbano, como también a la baja consecución de recursos públicos de múltiples fuentes.
El deficiente sistema de transporte encontrado, el mal estado de vías principales y calles, las deficiencias en redes de agua potable, alcantarillado, drenajes, instituciones educativas, centros de atención hospitalaria, pero también a que en muchos sectores reprimidos de la ciudad no contaban ni cuentan con los mínimos óptimos de esa infraestructura fundamental para el bienestar de las personas.
Mejorar la movilidad de personas y bienes, disminuir la pobreza y las desigualdades sociales, promover el crecimiento económico y comercial, mejorar en la eficiencia de producción y distribución de bienes y servicios, facilitar la recuperación de comunidades afectadas por desastres naturales, atrae inversión extranjera y en general mejorar el bienestar de la comunidad, se convierten en los argumentos de peso para que a partir de cemento y construcción de infraestructura urbana se genere el verdadero crecimiento y transformación de una ciudad que necesita estar a tono y en permanente alistamiento, primero con sus ciudadanos pero también para todo el sector turístico, logístico, portuario e Industrial como motores activos de la economía local y nacional; La transformación consiste en estar preparados para todo un desarrollo de Ciudad internacional como ventana de Colombia ante el mundo.
El tema es de decisión, voluntad, disciplina y trabajo para conseguir esos resultados. Es tener claro que cuando toca derribar cemento para proteger la ciudad y el patrimonio, se hizo (Aquarela) y cuando toca edificar para construir un mejor futuro también debe hacerse.
Ante esto concluyo y reflexiono, que los hospitales como espacios para brindar salud se hacen con cemento, las vías son en concreto, los acueductos, los escenarios deportivos, las instituciones educativas, los puertos, las sedes de empresas, hoteles, parques, puentes, estaciones de bomberos, de policía, malecones, protecciones costeras, centrales de abasto, canales, drenajes pluviales, subestaciones eléctricas entre otros.
Las preguntas que surgen son claras, ¿Que no se hace con el cemento? ¿se necesita de toda esa infraestructura para brindar bienestar y movilidad a la gente? ¿la construcción de este mobiliario urbano genera empleo? ¿genera desarrollo económico? ¿atrae turistas?
Obvio que hay otras dimensiones en la gestión territorial, claro que son importantes, también necesitamos festivales, alumbrados navideños, eventos religiosos, culturales, deportivos, científicos, académicos, ambientales, políticos, económicos, gremiales, musicales, de solidaridad social etc… Se necesita en la gestión del todo, resiliencia, compromiso, solidaridad, empuje, cultura ciudadana, pero sobre todo se necesita rodear al gobierno para que ejecute de la mejor manera el plan de desarrollo con las menores molestias e incomodidades para la gente.
Estoy seguro de que no habrá un solo cartagenero que no quiera ver su ciudad brillar y en su máximo esplendor.
Consolidemos juntos nuestra ciudad heroica.