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Colombia necesita cielos abiertos: Senador José David Name

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Por José David Name Cardozo
Senador de la República
Codirector del Partido de la U

Independientemente de la controversia que ha causado la propuesta de Avianca para que el Gobierno le lance un salvavidas ante el gran impacto que han sufrido las aerolíneas por la prohibición de vuelos a causa del Coronavirus, la decisión del ejecutivo debe estar direccionada en garantizar la sostenibilidad del sector aéreo en el país.

En esta discusión, los esfuerzos deben concentrarse más allá de las posiciones amigas o enemigas, el desafío de este momento así lo exige. La disposición no debe ser otra diferente a la de abonar el terreno para la reactivación económica tras la pandemia mundial, escenario en el que es indispensable contar con un sector aeronáutico competitivo que le permita al país avanzar en la conectividad aérea.

En Colombia, el transporte aéreo es clave para el desarrollo y dinamismo de la economía, además de ser necesario para acceder a algunas regiones con zonas montañosas. También, es uno de los principales motores del turismo, genera más de 32.700 empleos directos y unos 253 mil indirectos en sectores conexos, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés). Es uno de los sectores que más ingresos aporta; solo Avianca paga US$790 millones en impuestos y parafiscales al año, por su parte Viva Air aporta más de US$60 millones.

El costo que tendría para los colombianos dejar a la deriva un sector estratégico como lo es el del transporte aéreo sería muy alto e imposible de pagar, por ello es importante darle a las aerolíneas que tienen presencia en nuestro país, todas las herramientas financieras para que puedan salir adelante y superar esta crisis desencadenada por la pandemia mundial.

La posición dominante de Avianca en el sector aeronáutico nacional, con la movilización del 50% de los pasajeros en el país, nos puso en aprietos durante el paro de pilotos en el año 2017, desestabilizando el sector con la afectación de un gran número de usuarios. Arriesgarnos a vivir una situación parecida sería un grave error, en la industria aérea colombiana es urgente consolidar nuevas políticas que nos permitan contar con un mercado competitivo y una mayor oferta.

Colombia necesita robustecer el transporte aéreo con una clara política de cielos abiertos que promueva una competencia equilibrada y la llegada de nuevos operadores aéreos que le ofrezcan a los usuarios mejores tarifas, un mayor número de sillas, destinos, rutas y frecuencias. La diversificación de la oferta aérea es una necesidad que no se debe retrasar más para lograr nuevas oportunidades comerciales y de negocios, así como la reactivación del sector del turismo luego de la pandemia.

Abrir el mercado del transporte aéreo una vez se realice la reactivación total de la economía, es una de las apuestas que debe hacer el Gobierno Nacional para ofrecerle a los colombianos una nueva oferta aérea, ampliada, renovada y variada. Conocemos de la voluntad de la ministra de Transporte, Ángela María Orozco de apoyar el proyecto de ley de cielos abiertos que actualmente se debate en el Congreso de la República, pero además de respaldos y pronunciamientos, el país necesita que se garantice la supervivencia de las aerolíneas así como el crecimiento dinámico y sostenido de la industria aeronáutica con acciones concretas y una sana política de libre competencia y de cielos abiertos.

Somos conscientes que la liberalización del espacio aéreo no se va a dar de un momento a otro y llevará tiempo el fortalecer la infraestructura aérea, pero si es un importante paso el avanzar en la construcción de esta política pública que abrirá los cielos y abonará el terreno para que nuevas aerolíneas aterricen en el país.

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