Por: Bernardo Romero Parra
En el próximo mes de julio del 2023, se cumplen 37 años de la creación de las JAL en Colombia, esa fecha nos trae el recuerdo de los ideales cívicos de los líderes comunales que el 26 de julio de 1987, logramos que en Cartagena y Colombia se eligieran por primera vez las Juntas Administradoras Locales. Pedíamos mayor participación de la ciudadanía en los asuntos locales como la veeduría a los servicios públicos y la gestión de partidas ante las autoridades para financiar obras públicas.
La dirigencia de las juntas de acción comunal, encabezada por Fermín Berrío, Román Torres, Tomás Batista, Benjamín Maza, Campo Elías Moreno y este servidor, entre otros comunales, interpretando la ley 11 de 1986, planteamos el proyecto que fue acogido por el alcalde Manuel Domingo Rojas y aprobado en el Concejo presidido por Argemiro Bermúdez a través del acuerdo 19 de 1987. Fue una época de oro para la participación ciudadana que además alcanzó espacios de representación en la junta directiva de la Empresas Públicas y concertó nuevas formas de intervención ante la administración distrital.
Hoy esos objetivos de fortalecer la democracia, de trabajar por la paz en las comunidades, la defensa del territorio en las localidades, y la representación de las comunidades a través del poder político y administrativo que le otorga la Constitución a las JAL como corporación pública, al parecer se han esfumado porque de los 27 ediles que tiene Cartagena, solo se conocen algunas actuaciones y voces de María Bernarda Sayas e Iris Montes en la localidad de la Virgen, Gabriel Medrano, localidad Industrial, y Antonio Gonzales de la Localidad Histórica.
Este cuerpo edilicio debe trabajar en concertación con las Juntas de Acción Comunal para la solución de los problemas de la población, siendo un órgano administrativo que puede gestionar obras para la comunidad y efectuar el control político a la administración Distrital teniendo el interés superior de buscar el bienestar colectivo. Por ejemplo, los recursos de los fondos de desarrollo local se pueden aumentar, a través de la cofinanciación de obras y programas al nivel local, nacional e internacional, previo proceso de planeación.
Al analizar esa situación nos preguntamos qué está pasando en el interior de las JAL, ya que no se conocen de sus actuaciones a pesar de contar con los recursos del fondo de desarrollo local y una amplia legislación que le entrega atribuciones especiales, por esas razones las comunidades y ciudadanía en general al no ver solución a problemas cotidianos preguntamos; ¿Dónde están los ediles?
