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Edificar valores o amando el condominio

Por: Freddy Machado

La frase “los valores se adquieren en casa” se desactualiza y requiere una variante que se adapte a estos tiempos: “los valores no solo se adquieren en casa sino también en los edificios, condominios o copropiedades”

Es cierto. Con los nuevos tiempos surgieron los edificios y se multiplicaron los conjuntos residenciales. Apareció entonces la figura del “ administrador” y, con ello, la rutina del pago mensual de las cuotas de administración.

En ese contexto, muchos cuestionan la pérdida de valores e incluso, el abandono y la crisis del concepto de unidad familiar. Es más, si no existe respeto entre consanguíneos y se hace difícil adquirir valores en casa, se imaginan cómo se puede obtener conciencia de grupo. Son paradojas de los nuevos tiempos pues entre más educados más incivilizados.

El tema es que existe una cultura del no pago y del incumplimiento de las más elementales reglas que no facilitan vivir en sociedad.

Lo decimos porque es imposible pretender disfrutar de todos los beneficios de una copropiedad (ascensor, vigilancia, portería , jardinería, citófono, área social y hasta piscina), inobservando la contraprestación correspondiente: el pago de las cuotas de administración.

Y, debe hacerse claridad en que no se está cuestionando a los propietarios que nos atrasamos en una o dos cuotas sino en aquellos personajes que tienen una voluntad sistemática y perversa por no cancelar oportunamente sus obligaciones.

Edificio o copropiedad en donde todos sus residentes estén al día, y que no haya un solo propietario en mora respecto de las cuotas de administración, es pura ciencia ficción. Esos edificios están en vía de extinción y son de un nivel de convivencia muy superior.

La regla general, como se sabe, es la cultura del no pago.

En verdad, todos sabemos que la situación económica de Colombia no es la más favorable -ni antes ni después de la pandemia- y el gobierno no tiene un verdadera política de control de precios. Es posible que muchas de las cuotas de administración son exorbitantes, pero estas circunstancias no avalan ni mucho menos autorizan a que mucha familias ~desde el minuto uno o desde que se mudan a una copropiedad-, desconozcan que un edificio o un conjunto residencial no vive del aire y que por eso se requieren los aportes de todos.

Excepto Escalona y su atípica “casa en el aire”, tener un inmueble es una lucha.

La soberbia de los honorables miembros del club de incumplidos nos confunde. En ocasiones los integrantes de las listas en mora en los condominios, son los que más exigen a los vigilantes o porteros. Los muy “caraduras”, solicitan que les ayuden a subir sus mercados, que les llamen el ascensor y hasta que les presten gratis el salón social.

En esto quiero volver a insistir: no estoy hablando de aquellos que se atrasan una, dos y hasta tres cuotas, no. Estoy hablando de los que durante años -muchas temporadas- se mantienen sin realizar abonos y que viven recordándonos el fallo de la Corte Constitucional que impide tratos discriminatorios en contra de estos eternos deudores.

Y, ya es hora, señores del país judicial, de crear una normatividad que regule el tema y que determine la inviabilidad de ciertos personajes a vivir en copropiedad por desconocimiento de sus deberes y compromisos.

Es evidente que una familia que después de un año no paga una cuota de administración, necesariamente pone en crisis a la copropiedad y si al mal ejemplo se suman otras familias, debemos preguntarnos, cómo se le paga el salario a los porteros y el mantenimiento del ascensor y del salón de eventos.

Si los buenos valores nacen en casa, y se vive en edificio o en copropiedad, se debe tener conciencia que no pagando las cuotas de administración, el edificio se desmejora y pierde su “valor”.

Nadie puede quedarse de espectador y seguir pagando con puntualidad las cuotas de administración en una copropiedad, si los morosos no muestran sus “valores” y el valor de la cuota de administración.

Otrosí: 1.- Es una urgencia legislar sobre este tema o crear un procedimiento especial para el cobro. No más edificios o copropiedades inviables por no pago de la cuota de administración. 2.- “A punta de cuota extraordinaria, cualquiera es un excelente administrador” -Dijo un propietario indignado porque no se cobra a los morosos y se incrementan las cuotas extraordinarias.