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Juan Carlos Guardela, postuló su nombre a la gerencia de Telecaribe

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El comunicador social – periodista, realizador y productor de televisión Juan Carlos Guardela, postuló su nombre para la gerencia de Telecaribe, cargo al cual aspiran 28 profesionales de diversas profesiones y distintas regiones del país.

Guardela, quien fue decano de la Faculta de Comunicación Social de la Universidad del Meta y actualmente docente de tiempo completo, le explicó a Mundo Noticias las razones del por qué quiere ser gerente del canal costeño de televisión Telecaribe:

«Aspiro a la gerencia de TeleCaribe porque tengo la experiencia, conozco el canal y conozco al Caribe. Se le ha falseado al Caribe, y se le ha estereotipado al ser caribeño hasta llegar a extremos insanos.

Creo que hay cosas que deben corregirse, si hablamos del canal. Así como deben corregirse en los demás canales de televisión pública en el país.

Primero la participación sobreestimada del factor político. Los políticos consideran, por obvias razones, que el manejo y las decisiones de los canales públicos deben ser guiadas por ellos. Si bien son parte importante de la vida social, hay muchas otras fuerzas vivas de la sociedad: los artistas, los investigadores, los antropólogos, los escritores, los periodistas; mucha gente. Es inmenso el conglomerado que queda supeditado a las decisiones de unos pocos. Eso puede solucionarse en la medida en que haya un justo equilibro.

Hay algo fregado para la televisión en nuestro país y es un verdadero despropósito: se le pide a la televisión pública que funcione como maquinita bien engrasada igual que una empresa comercial, y a la televisión privada se le pide que cumpla con el servicio público. Ese es un grandísimo error. Y ese error siempre va a afectar el servicio público. En esto concordamos los que estudiamos el fenómeno.

La televisión pública en el Caribe ha sobrevivido precisamente por reforzar el valor cultural y su capacidad de cohesión con lo popular. Y no sólo se trata de lo anecdótico, sino de aspectos serios culturalmente que dan sentido al ser del Caribe. Es por TeleCaribe que somos un bastión cultural de la nación. Eso no lo entendió su último gerente.

Lo otro es concebir a la televisión pública en Colombia desde un modelo eminentemente comercial. Esa es una mirada desde los indicadores de cumplimiento de los canales privados. Otro error. Se piensa que tener alto rating se refleja en mayores ingresos por publicidad. Pues no. La característica de los canales privados es distinta, ellos piensan a la audiencia como mercancía.

Ojo, no es olvidarse del rating, es necesario para que el canal continúe, pero no hay que usar la misma estratagema de la televisión comercial. Debe mirarse al rating, pero para convocar a los públicos en pro de un proyecto cultural como bien de región; no para vender bagatelas.

Si bien ambas lógicas de producción (la pública y la privada) van dirigidas al mismo espectador, la televisión pública debe crear “ciudadanos”. Allí radica su inmensa diferencia.

Generar contenidos pensando en competir con la televisión privada es pelea perdida. Los productos que deja una televisión pública que emule a los canales industriales (independientemente de su calidad técnica) lo que hace es en estropear los contenidos particulares por priorizar el rating.

Contar la historia de nuestros héroes desde la mirada de Netflix, o de los otros canales industriales, no siempre logra que nuestra aldea sea universal. Lo que resulta es un producto fingido con cierto sabor costeño, pero que no es genuino. Y esa es, a la larga, una falsificación de lo autóctono.

Necesitamos un canal que vuelva a ser el espejo del Caribe. Elogio la labor de gerentes como el sociólogo Edgar Rey Sinning y el comunicador Iván Barrios Mass. Ambos, en su momento, hicieron crecer el canal. Con Rey se vio claramente la vinculación de productores de apartadas regiones, y así mismo, rincones tradicionalmente olvidados de nuestra región podían verse registrados en la pantalla. Con Barrios se dio un salto tecnológico sin precedentes, cosa que pocos le reconocen. Ambos supieron descifrar lo Caribe y fortalecieron su credibilidad como canal. Eso no tuvo continuidad.

Ahora, todos sabemos que con el cineasta Juan Manuel Buelvas, lo que hizo TeleCaribe fue dirigir con unos pocos realizadores la parrilla de programación fragmentando ese espejo en el que nos veíamos como región. Era obvio que esto estancaría el canal comercialmente. Decidió hacer producciones de seriados que alcanzaron notoriedad y entusiasmaron al público, cosa importante, pero que al momento de emular a lo internacional hizo que la región dejara de verse en “su” canal.

Un gerente de TeleCaribe debe entender que los productores son un activo. Aún a los realizadores de provincia no se les ha visto caminando por los pasillos del nuevo edificio. Los tiempos en que realizadores de apartadas regiones llegaban a la sede de canal a discutir sobre sus lineamientos y propuestas, se acabaron.

Hay muchísima gente que ha contado bellas historias con sus propios recursos, que ha superado dificultades con tesón y esfuerzo, pero son historias que se mantienen ignoradas, sin espacios. Gente que la suda y que aún no ha visto su producto audiovisual en el canal de su región. Basta con pasearse por los Montes de María o por las minas del Sur de Bolívar. Gente que es nativo digital que cuenta cosas bellísimas y que necesitan su espacio. Ya hay que dejar de ser mezquinos.

Ahora bien, el mundo de la producción de documentales no es de “Tarantinos”. Esto no es de genios con posturas esnobistas de festival de cine. Es una labor de gremio. Eso aun mucha gente no lo entiende. Y la gestión del canal debe apuntarle al crecimiento del sector en la región».

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