Por: Germán Danilo Hernández
A pesar de las controversias que surgen sobre episodios que impactan al turismo en Cartagena, o sobre las afectaciones que algunas de sus actividades generan en la dinámica cotidiana de la ciudad, todo indica que existe un consenso en torno a la necesidad de fortalecer la llamada industria sin chimenea como factor de desarrollo local.
Por lo menos así se evidencia en un estudio que viene desarrollando la Corporación Turismo Cartagena de Indias, a través de encuentros, talleres, encuestas y entrevistas con diferentes protagonistas del sector, incluyendo turistas, empresarios del sector, comerciantes, y servidores públicos, entre otros, cuyos resultados serán socializados formalmente en enero próximo.
En estos espacios de co-creación se busca definir la estrategia para la promoción de la ciudad como destino de un “turismo responsable y sostenible, centrado en la experiencia del visitante”. El ejercicio resulta especialmente interesante en momentos en que algunos episodios que se han vuelto virales en las redes sociales y ocupado espacios en los medios masivos de comunicación, generan ruidos que pudieran desdibujar la imagen de la ciudad a nivel nacional e internacional.
Esos episodios, asociados a abusos en los precios de bienes y servicios, acoso a visitantes, informalidad a diferentes niveles, inseguridad, falencias en la infraestructura turística y urbana, han tenido percepciones diferentes entre ciudadanos residentes, turistas y directivos del sector participantes en los diferentes grupos focales realizados, pero en lo que todos coinciden es que el turismo genera múltiples beneficios a la ciudad y que este se debe fortalecer en diferentes frentes.
En buena hora Natalia Bohórquez Castilla, presidenta ejecutiva de la Corporación Turismo Cartagena de Indias, con la asesoría de un consultor experto en el tema y en promoción de destinos, impulsa la línea estratégica de posicionamiento, que contempla una revisión colectiva de la narrativa de destino con la que se seguirá ofertando a la ciudad.
Esa dinámica participativa conlleva a una visión holística del sector para trazar los nuevos senderos por los que deberá transitar Cartagena para consolidar su vocación turística, en sintonía con políticas públicas que deben trascender los períodos de gobierno.
En sintonía con ese proceso que deberá avanzar en su consolidación desde el inicio del próximo año se comienzan a identificar fortalezas de la ciudad, que se sumarían a ese discurso narrativo de promoción. El Instituto Distrital de Deporte y Recreación –IDER-, por ejemplo, propicia la proyección como destino deportivo, y lo propio hacen otros sectores que confían en que una reingeniería del turismo podría abrir nuevos horizontes de oportunidades para Cartagena y para el bienestar de sus habitantes.
