Por: Bernardo Romero Parra
Desde esta tribuna de opinión hemos presentando numerosas propuestas con el fin de transformar a Cartagena en la gran metrópolis del Caribe, urbe donde sus habitantes deambulen por el sendero de la superación humana recibiendo los beneficios de una infraestructura general de servicios públicos, vivienda, vías, entre otras obras de progreso. Por eso en estos días cuando se inicia el 2023, es bueno renacer la esperanza de poder hacer realidad ese cúmulo de proyectos olvidados en el tiempo como: la canalización de caños y lagunas que incluía la construcción de puentes para la circulación vehicular y el paso de naves; la reforestación del cerro de La Popa como zona de reserva natural y la reglamentación de áreas para la urbanización que impidiera la tugurización de hoy; la culminación de la vía Perimetral con su malecón; la construcción de los puentes sobre la intersección de la bomba El Amparo, entre otras obras.
Para combatir la pobreza en Cartagena, hay que crear y hacer una masiva campaña pedagógica ‘Por la superación humana’ que les hable a las personas de sus valores y dimensiones humanas, que les diga que no podemos resignarnos a la miseria, que con esfuerzo y disciplina sí podemos avanzar; hay que concertar con el Sena masivas acciones de capacitación sobre artes y oficios relacionados con la vocación económica de la región; la creación del Banco de los Pobres, que cofinancie los proyectos productivos individuales y colectivos a la población, fomentando generación de ingresos a las familias; la reactivación y modernización de la Juntas de Acción Comunal, que les permita hacer parte de la planeación, ejecución y control de todos los programas sociales que beneficien a su territorio.
Es necesario la articulación de la gestión de las dependencias públicas o privadas que realicen inversión social, de igual forma la conformar Zonas de Rehabilitación Ciudadana, cuyo objeto sería mejorar integralmente las condiciones de vida en territorios con mayores índices de hechos delincuenciales y sociales, donde el Distrito intervendría desarrollando en ellas programas sociales dirigidos a los núcleos familiares con el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía; promoviendo la reeducación de la familia, generación de ingresos, la construcción de cultura y confianza en las instituciones, controlando y reduciendo la criminalidad en el marco del Estado de Derecho. Cada día somos más numerosos los cartageneros que tenemos la disposición de contribuir en un proceso de unión de voluntades para sacar adelante nuestra ciudad. Dios Padre así lo permita.
