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Eso no fue una disculpa…

Por: Bernardo Romero Parra

En días pasados funcionarios del  Hotel Cartagena Plaza en cumplimiento de  lo ordenado por el Juzgado Tercero de Familia del Circuito de Cartagena por violar el derecho fundamental a la igualdad de personas afrodescendientes, realizo una ceremonia  para ofrecer disculpas a Víctor Padilla Amador. “Nosotros siempre hemos sido respetuosos de la ley y estamos cumpliendo con el fallo de la tutela y hemos pedido las disculpas públicas a Víctor por haberse sentido discriminado”, indicó Carlos Monroy, gerente del Cartagena Plaza, antes de dar a conocer que impugnarán el fallo, dijo en entrevista a los medios.

Se sabe que al joven aprendiz del SENA, Víctor Padilla Amador se le dijo por parte del personal de talento humano de esa empresa que si quería seguir en el proceso de selección para laborar debía cambiar su corte de cabello, desconociendo el derecho al desarrollo de la libre personalidad que cada ser humano tiene de acuerdo a su raza y tradiciones culturales. Confieso que había decidido no opinar sobre el tema al considerar que existía suficiente ilustración, pero al escuchar las declaraciones del representante del hotel surgieron una lluvia de pensamientos de rechazo a un acto donde se hizo un protocolo para cumplirle al juzgado, pero no se pidió indulgencia o perdón por lo que se causó o pudo causar daño, que es el significado según la RAE, de disculparse. Incluso de lo que dicen en el hotel se puede inferir que lo de la discriminación pudo ser una mala sugestión de Padilla.

Siendo Cartagena de  las tierras donde se mancilló la dignidad humana en los mercados de negros, y se instituyo la práctica de la esclavitud que  marco con los sellos de la miseria a generaciones enteras, en saga de pobreza y degradación social como lo afirma el investigador Adolfo Meisel, al decir que los porcentajes de autorreconocimiento afrodescendiente están ligados a los niveles de pobreza en esta ciudad. Luego es inadmisible que hoy se continúe con prácticas de exclusión de cualquier tipo, cuando se requiere crear condiciones de integración, eliminando barreras y por el contrario se debe ofrecer oportunidades en igualdad de condiciones a quienes cuenten con las competencias requeridas, reconociendo que si hay en la población mayores niveles de superación, el desarrollo socioeconómico se expandirá produciendo más riqueza. Ojala que el juzgado al responder la impugnación del hotel  les ordene vincular personal afro, no únicamente en el nivel de servidumbre, si no de acuerdo a su nivel técnico o profesional y a realizar la reparación pecuniaria para resarcir el daño moral producido.